martes, 10 de noviembre de 2009

FÚTBOL – SPORTING GANÓ Y DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS, SALIÓ CAMPEÓN





Con un clima de fútbol y presenciado por una multitud, Sporting derroto a Atlético Paz y es el nuevo campeón de la Copa Portal de los Pueblos, los goles fueron convertidos por Mirko Romero y Horacio Vega de penal.

En los primeros minutos del partido, Atlético Paz fue un poco más, si bien no tenía un buen fútbol, aprovechaba algunos errores de la de defensa del local, de a poco Javier Novoa se convertía en figura del partido, con grandes atajadas.

Pero a los 16 minutos, Mirko Romero iba a abrir el marcador, venciendo las manos de Gallo, ante una remetida de Horacio Vega, era el primer festejo de las más de 1000 hinchas del aurinegro.

Después del gol, los rojinegro buscaron la igualdad, pero Novoa mantenía su valla en cero, ante arremetidas de Luciano Rattaro y de Madero, pero sobre el final del primer tiempo, Emiliano Bava recibe una pelota en el área y es derribado, pero el árbitro Fogliatti no ve nada y siguió la jugada.

En la segunda parte, Sporting tuvo el segundo gol, mediante un tiro libre de Vega, donde la pelota se va muy arriba, pero la visita que atacó con tres hombre, tuvo un par de oportunidades de empatar, primero a través de Mariana Hernández, que la mando muy arriba y otra de “gambitita” Díaz, con disparo débil.

Sporting encontraría el segundo gol, a los 25 minutos, Horacio Vega ejecuta otro tiro libre, que pega en el travesaño y cuando baja la pelota al área, cae el “lobo” Romero en una clara falta de Lértora, Fogliatti no duda y cobra la pena máxima, donde Vega lo cambia por gol, poniendo al local arriba, 2 a 0.

Los minutos pasaban y los dirigidos por Vaccari se metían en el área del local, donde tuvo varias veces en descontar, pero Javier Novoa tenía su tarde y más las de los defensores que sacaban todo lo que venía.

El pitazo de Fogliatti fue para que la gente de Bigand entrara a la cancha a festejar el título tan deseado, con cantos, gritos y lágrimas de emoción, lo malo del final, la reacción de la gente visitante arrojando piedras mientras daban la vuelta olímpica; finalmente, cuando el estadio quedó solo para los dueños de casa, pudieron festejar con la copa alzada en lo más alto de los corazones.

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